
Era el barrio de Almagro, un barrio de fútbol. Los pibes jugaban sus picados en el empedrado de las calles y en los terrenos desocupados. La esquina de México y 33 era el punto de reunión preferido por estos fanáticos del fútbol para dar rienda suelta a su pasión. Pero el barrio no sería tal si además no existiera la parroquia ubicada en México 4050.

Un día los chicos estaban jugando en la calle mientras el Padre Lorenzo Massalos observaba desde el oratorio, cuando Juancito Abondanza en la pasión del partido fue a parar contra un tranvía de la línea 27. El Padre Massa los encaró y le planteó el peligro de jugar en la calle. Entonces él les dijo que les cedía los terrenos que tenía dentro de la iglesia y les fabricaba los arcos para que jugaran allí, siempre y cuando ellos cumplieran con una condición: debían estudiar el catecismo e ir a misa los domingos.
El equipo se hizo fuerte y ganaba siempre. En esos momentos el padre Lorenzo Massa les hizo saber que el guardaba en un armario de la capilla un juego de camisetas flamantes, de color azul y rojo, a bastones verticales y se las obsequio. De esta manera, la divisa adopto definitivamente el color y forma que jamás cambiaría. San Lorenzo era azulgrana. Llegó el histórico LUNES 1º de ABRIL de 1908, los muchachos se reunieron en el aula del Oratorio de San Antonio, de la calle México 4050 y Luis Manara nervioso y tembloroso, con vos emocionada y valiente dijo: "Buenos Aires, 1º de Abril de 1908, reunidos en asamblea los integrantes del Club Los Forzosos de Almagro...". El Padre Massa se paró de inmediato y le preguntó interrumpiéndolo: "¿Forzosos? ¿Qué es eso?" Antonio Scaramusso tomó la palabra y le explicó al cura: "Padre, quiere decir que estamos dispuestos a ganar siempre, que queremos

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